El 15 de agosto llega por fin a los cines el esperado horror espacial «Alien: Romulus» — es la séptima entrega de la franquicia de culto «Alien», que fue lanzada allá por 1979 por Ridley Scott. En la crítica que te ofrecemos a continuación, te contamos por qué apuesta el director y guionista Fede Álvarez — un nostálgico regreso a sus raíces o quizá algunas ideas frescas, y hasta qué punto es razonable su planteamiento.
Género ciencia ficción horror
Director Federico Álvarez
Protagonistas Kaley Spaney, Isabella Merced, David Johnsson, Archie Renault, Spike Fearn, Eileen Wu
Estreno cines
Año de emisión 2024
Página web IMDb
En algún lugar de la negrura absoluta de una colonia minera sin sol y de la existencia sin esperanza de la esclavitud de una gran corporación, una joven, Raine Carradine, se ve obligada a vivir en medio de una penosa oscuridad. Vive con el androide defectuoso Andy. Un día, reciben una atractiva oferta — explorar una nave abandonada descubierta en las cercanías, o incluso toda una estación espacial perteneciente a la Corporación Weyland-Yutani.
El objetivo es encontrar allí un equipo de criosueño que permita a los jóvenes abandonar para siempre la colonia de esclavos e ir a un lugar más atractivo. Pero lo que parecía un billete hacia una vida nueva y mejor se convierte en una pesadilla para los personajes.
La tetralogía clásica «Alien» destaca por el hecho de que cada entrega posterior fue creada por un nuevo director y se realizó en un género diferente. El tenso y extremadamente atmosférico horror espacial inicial de la secuela dio paso a una dinámica película de acción de ciencia ficción. Después llegó el turno de un claustrofóbico thriller psicológico y, más tarde, de una visión posmoderna de la relación entre un inflexible Ellen Ripley y un asqueroso xenomorfo.
A pesar de su diversidad de géneros, el concepto «hombre contra monstruo en el espacio» no ofrece suficiente espacio para un replanteamiento radical que podría ser una auténtica revelación. En el reboot de la precuela, el padre de la franquicia, Ridley Scott, intentó hacer algo parecido, pero elevando la escala de la historia al máximo, sustituyendo los estrechos pasillos de la nave estelar por una exploración planetaria de alto presupuesto. Sin embargo, este enfoque recibió una reacción mixta, por decirlo suavemente: tanto «Prometheus» (2012), y sobre todo a «Covenant» (2017), muchos espectadores tenían dudas.
Se acabaron los cursos en profundidad de (pseudo)filosofía y los significativos toques de flauta; «Rómulus» — es una acción sin concesiones, bastante sangrienta y a veces repugnante, que te hace sentir incómodo, y dentro del género, esto es algo bueno.
Aquí, el ácido carcome dedos indefensos, perfora sin piedad el pecho con un chichón y un androide dañado rezuma leche blanca. Al mismo tiempo, los autores no se centran únicamente en obras anteriores — cabe mencionar al menos un episodio que emigró aquí desde algún lugar de «A Quiet Place» o una búsqueda de gravedad con ácido.
La autenticidad del género y, en particular, de la franquicia «Romulus» se refuerza adecuadamente con primeros planos del babeante xenomorfo, efectos especiales prácticos, irritantes luces intermitentes y una banda sonora que acentúa la perdición de los personajes, equipos obsoletos. Cada detalle del encuadre agrada a la vista del espectador.
Pero aquí también hay una cara de la moneda, que tiene que ver con los efectos digitales que han utilizado los autores para resucitar a un viejo personaje. Resulta extraño en cuanto al nivel de ejecución — hoy en día, los pseudo-Leonardo DiCaprio o Keanu Reeves parecen más realistas en TikTok o Instagram.
Fede Álvarez construye su narrativa literalmente sobre los restos de la malograda «Nostromo», mantiene bien la tensión, se adhiere a la atmósfera ominosa de la primera película (y un poco de la segunda) y produce una digna continuación que no rehúye ser secundaria.
Como horror espacial, la película funciona a las mil maravillas. Como nueva visión de la franquicia, es una idea cuestionable. Así que si estás preparado para otra carrera por pasillos oscuros y estrechos, disfruta de su visionado. Si no — si es un éxito de taquilla en Hollywood, de todas formas nadie oirá tu llanto.