El 6 de marzo se estrenó en cines la comedia negra de ciencia ficción «Mickey 17», del director Pong Joon-ho, cuyo anterior proyecto fue la oscarizada «Vermin» (2019). La trama de la película está basada en la novela «Mickey 7» de Edward Ashton, que se publicó en 2022. En la crítica que te ofrecemos a continuación, te contamos de qué se burla esta vez el director surcoreano, cómo afronta Robert Pattinson varios papeles a la vez y con qué armonía se ve todo en la pantalla
Género comedia negra de ciencia ficción
Director Pong Joon-Ho
Protagonistas Robert Pattinson, Naomi Aki, Stephen Yeun, Toni Collette, Mark Ruffalo, Holliday Grainger, Anamaria Vartolomei, Thomas Turgoose, Cameron Britton, Steve Park, Tim Kaye
Estreno cines
Año de emisión 2025
Página web IMDb, sitio web oficial
Érase una vez, Mickey Barnes y su mejor amigo Timo debían dinero a un siniestro usurero que prefiere castigar a los deudores de una forma muy parecida a la de un paleto de Texas llamado Cara de cuero. Como los chicos no tienen dinero y su posible verdugo tiene una extraordinaria habilidad para encontrar a cualquiera en cualquier parte del mundo, los fugitivos deciden unirse a una misión espacial colonizadora organizada por Kenneth Marshall, un congresista bien bronceado con una sonrisa blanca como la nieve.
Pero mientras Timo consigue un trabajo perfectamente normal, Mickey no tiene más remedio que aceptar el papel de «prescindible». Una persona condenada a una prueba mortal que, tras su muerte, se imprime en una impresora, descargando la conciencia en su cerebro mediante un disco duro especial. Durante la siguiente misión, la versión 17 de Mickey se disponía a partir hacia un mundo mejor, pero escapa milagrosamente y regresa a la base, donde conoce a Mickey 18. Posteriormente, esta situación, prohibida por la ley, cobra un impulso inesperado.
Joon-ho consigue combinar elementos de ciencia-ficción con una sátira social cáustica (con más énfasis en esta última), lo que corre el riesgo de provocar en el espectador un extraño cóctel de emociones — desde la risa genuina, la empatía hasta la irritación y la indignación.
Por un lado, tenemos situaciones absurdas relacionadas con, digamos, la insólita profesión del protagonista, que se ve obligado a exponerse a dosis letales de radiación, probar gases venenosos o carne artificial con hormona de crecimiento experimental. La escena en la que, al llegar al nuevo planeta, el desafortunado Mickey es el primero en salir al exterior y respirar, tras haber perdido su innecesario casco, será sin duda un triunfo para Ridley Scott. Todo ello evoca emociones sinceras, y la risa, que no está nada mal, es una de las principales.
Junto a impresoras que imprimen de forma natural copias de personas y discos duros cargados de conciencia humana que parecen ladrillos, hay reflexiones sobre la muerte envueltas en comedia negra satírica. Pero sobre todo se trata del valor de la vida. No sólo la vida humana, sino cualquier vida. Aquí, el comportamiento de los lugareños, las extrañas criaturas llamadas tentáculos espaciales, es muy revelador y contrasta con las ambiciones destructivas y conquistadoras de nuestro bronceado colonizador.
El «Mickey 17» destacó por las interpretaciones actorales de Robert Pattinson, Mark Ruffalo y Toni Collette.
Pattinson tuvo que transformarse en dos personajes de carácter opuesto, aunque en la cáscara de una sola persona, y afrontó este interesante reto con brillantez. En general, la meticulosidad con la que elige los proyectos después de los popes «Crepúsculo» y lo en serio que se toma sus papeles — no pueden sino admirarse y respetarse.
«Mickey 17» — esta es una película que funciona perfectamente a nivel emocional, y es por las emociones por lo que todos vemos películas.
Quizá Pong Joon-ho no tuvo la fuerza suficiente para mantener el ritmo de la historia, que a veces flaquea o se excede en hipérboles. Sin embargo, no se puede discutir el hecho de que se trata de una creación de gran talento y calidad que merece su atención. Y después de ver esta película, difícilmente querrá pedir salsa en McDonald’s, que, por cierto, es una encarnación expresiva del capitalismo.