El 24 de julio finalizó en Apple TV+ el thriller legal «Presumed Innocent» protagonizado por Jake Gyllenhaal. La historia está basada en la novela homónima de Scott Turow, publicada en agosto de 1987. Esta es la segunda adaptación cinematográfica de la novela después de la adaptación al largometraje de Alan Pakula (1990), protagonizada por Harrison Ford. En la crítica que te ofrecemos a continuación, te contamos qué novedades ofrece esta miniserie respecto a su predecesora, y qué le funciona y qué no.
Género thriller jurídico, drama
Showrunner David E. Kelly
Protagonistas Jake Gyllenhaal, Ruth Negga, Bill Camp, Elizabeth Marvel, Peter Sarsgaard, Lily Rabe
Estreno Apple TV+
Año de emisión 2024
Página web IMDb
Rusty Sabich, ayudante del fiscal del distrito de Chicago, recibe el encargo de investigar el brutal asesinato de su colega Carolyn Polhemus, que fue encontrada muerta a golpes y maniatada en su casa. Pero el caso se descontrola cuando el propio Rusty se convierte en el único y principal sospechoso del crimen. Pruebas circunstanciales apuntan con fuerza a la implicación del hombre, y el caso llega a juicio, que determinará si Sabic realmente sucumbió a la emoción e hizo algo de lo que se arrepentirá el resto de su vida.
Los creadores de la nueva adaptación cinematográfica se enfrentaron a una tarea difícil, ya que la interpretación moderna del material tanto literario como cinematográfico requería un cierto replanteamiento.
En primer lugar, la Carolyn Polhemus de 2024 es un personaje algo más complejo, muy diferente de su seductora predecesora rubia que ascendió en su carrera a través de la cama. En segundo lugar, es poco probable que los espectadores familiarizados con el material original o con la primera adaptación cinematográfica estén interesados en un desenlace familiar. Y aquí había que encontrar una solución de guión adecuada. Hasta qué punto llegó a serlo es una cuestión abierta.
Si uno espera un tenso thriller judicial en la línea de una película de Alan Pakula, muchos espectadores se sentirán decepcionados en los primeros compases del visionado de la serie. La trampa está en que casi toda la primera parte de la temporada se dedica a los problemas familiares del matrimonio Sabich y sus hijos. En otras palabras, el thriller legal da paso en realidad a un drama familiar, lo que no resulta muy emocionante, la verdad.
Aquí está una pareja que mantiene un largo diálogo sobre el hecho de que su hijo adolescente probablemente necesitará un psicólogo. Aquí están en una cita con un psicoterapeuta. Aquí está la mujer de Rusty, Barbara, que pierde su trabajo por el sonado caso de su marido y se ve obligada a soportar las miradas condenatorias de los demás. Aquí, una mujer encuentra consuelo en conversaciones sinceras con un apuesto camarero. Aquí, el editor esboza interminables flashbacks de la apasionada relación entre el protagonista y la mujer asesinada. Y aquí, varios personajes tienen sueños extraños, uno de los cuales trata de una explosión en la cabeza, como si hubiera salido de una sátira «The Boys».
Dada la abrumadora cantidad de estos agónicos vaivenes, al final surge una pregunta justa: cuándo llegará la trama al meollo de la cuestión? Cuándo empezará aquello por lo que nos reunimos en torno a las pantallas? Cuándo demonios se va a poner interesante? Y en el haber del experimentado showrunner David E. Kelly, que ha trabajado en un montón de series policíacas o judiciales («L.A. Law», «Big Little Lies», «Playback», «Love and Death»), la cosa se pone realmente interesante.
«Presumed Innocent» brilla de verdad cuando la acción pasa de la consulta del psicólogo o la ducha de Rusty Sabich a la sala del tribunal: aquí la serie justifica de verdad su género principal, y de tal manera que es casi imposible despegarse de la pantalla.
Los argumentos de ambas partes parecen convincentes en un grado u otro. Las pasiones están a flor de piel y la tensión alcanza su punto álgido en algún momento. Al mismo tiempo, hay muchos personajes que pueden incluirse en su círculo personal de sospechosos. Estas conjeturas pueden apoyarse en metáforas visuales que sugieren que casi todo el mundo tiene algo que ocultar (incluido, y sobre todo, el propio Rusty, cuya naturaleza dual se pondrá de relieve en repetidas ocasiones).
Incluso la propia Chicago, sobre cuyos rascacielos la cámara hace muchos giros hermosos, se convierte no tanto en un participante en los acontecimientos como en un lugar desafortunado que afecta significativamente a todos los implicados. Aquí no hay lugar para la felicidad. Aquí se producen constantemente masacres horribles (como dice uno de los personajes). Hay una especie de atmósfera viscosa, completamente pesimista, acentuada por el encuadre deliberadamente descolorido. También es evidente la idea de que en la sala del tribunal no siempre se trata de justicia, sino a menudo de política o incluso de algún tipo de motivos egoístas.
«Presumed Innocent» dedica demasiado tiempo a las relaciones familiares y al tormento emocional de los personajes, lo que puede ahuyentar a la parte de la audiencia que esperaba un thriller con intriga detectivesca. Sin embargo, en la segunda mitad de la temporada, la serie ofrece exactamente lo que se esperaba de ella, así que en este caso, los más pacientes se verán recompensados.