El 9 de mayo, Netflix estrenó un thriller policíaco con elementos de comedia negra «Bodkin», que consta de 7 episodios en lugar de los 8 habituales. Entre otras cosas, la serie también ha sido producida por Higher Ground Productions, una empresa dirigida por el ex Presidente de EE.UU. Barack Obama y la ex Primera Dama Michelle Obama. En la reseña que sigue, le contamos lo ingeniosa que era la comedia local, el suspense del thriller y el misterio del detective.
Género thriller, policíaco, comedia
Autor Jez Scharf
Protagonistas Will Forte, Siobhan Cullen, Robin Cara, David Wilmot, Chris Wally
Estreno Netflix
Año de emisión 2024
Página web IMDb
La periodista de The Guardian Dove, siempre insatisfecha con todo, es enviada por su editor a la desolada localidad irlandesa de Bodkin, donde tres personas desaparecieron misteriosamente en Samhain hace varias décadas. Dove debe unirse al popular podcaster estadounidense Gilbert Power y a su ayudante Emma Seaserg, que planean reunir material sobre este misterio para su próximo episodio.
Pero al llegar, los héroes se dan cuenta de que los aparentemente amistosos habitantes de Bodkin tienen algo que ocultar. Así, su frívola aventura, casi unas vacaciones diseñadas para enriquecer el contenido de su Internet, se convierte en una investigación de alto riesgo llena de intriga. Además de los desafortunados podcasters, se verán implicados la mafia irlandesa, un taxista rumano, la Interpol, monjas locales e incluso vendedores de anguilas (es unagi, verdad, Ross Geller?).
El problema de esta serie es que ofrece muy pocas cosas interesantes, es decir, giros efectivos para su larga duración, y está rociada inútilmente de algunas cosas innecesarias y secundarias.
Al principio, hay cierta intriga, pero cuanto más avanza el caso de los ávidos podcasters, menos interesante parece el misterio local. Esto se debe a que hay arcos completamente innecesarios que sólo se alargan y distraen la atención del punto principal. Por ejemplo, las insinuaciones de líos amorosos o la presencia de la mafia carecen de todo fundamento porque no están debidamente desarrolladas. A alguien le importa realmente que, a pesar de los numerosos intentos, algo impida siempre que los dos personajes se besen?
Es difícil reírse a carcajadas aquí, cuando el programa también se anuncia como una comedia (comedia negra en particular). O el humor es demasiado británico o los autores carecen de ingenio cómico, pero no hay verdadera diversión en la trama.
El personaje de la actriz irlandesa Siobhan Cullen tampoco consigue la respuesta del público. Es mejor tirar este tipo de personajes a la basura en la fase de escritura del guión, Dove resultó ser una tía tan desagradable. El único personaje memorable es el hombre severo y barbudo interpretado por David Wilmot.
«Bodkin» demasiado sobrecargado de argumentos, personajes y diálogos innecesarios. Como dice el desafortunado podcaster Gilbert Power, los guionistas no se cansan de repetir que una buena historia tiene una función crucial. Pero, por alguna razón, ellos mismos olvidan esta sencilla verdad.