Астронавти місії Artemis оглядають космічний корабель Orion. Фото: NASA
NASA anunció el aplazamiento de las misiones Artemis 2 y Artemis 3, que planeaban llevar a la humanidad de vuelta a la Luna por primera vez desde 1972.
Ahora, Artemis 2, durante la cual la nave Orion orbitará la Luna con una tripulación de cuatro personas, está programada para abril de 2026, mientras que Artemis 3, que incluirá el aterrizaje de astronautas en el satélite terrestre, está programada para mediados de 2027, según informa Space.com.
El tiempo adicional, según los representantes de NASA, es necesario principalmente para preparar la nave espacial Orion, que durante un vuelo anterior tuvo problemas con el escudo térmico.
«Los problemas surgieron porque el calor se ‘acumulaba’ bajo la capa protectora externa, lo que causaba la formación de gases que llevaban a una distribución desigual del calor e incluso a fisuras. Para la misión tripulada, no cambiarán el escudo, solo planean modificar la trayectoria de entrada de la nave a la atmósfera», cita NASA el canal Alpha Centauri.
Hasta la fecha, Orion tiene dos vuelos en su «colección»: una breve salida a la órbita terrestre en 2014 y un vuelo de 25 días sin tripulación a la Luna y de regreso durante la misión Artemis 1 en 2022.
Para Artemis 2 también revisaron la trayectoria, que finalmente en 2026 llevará la nave al Océano Pacífico cerca de San Diego, lo que facilitará la asistencia a los cuatro astronautas si algo no sale según lo planeado durante el regreso a la Tierra.
La cronología de la misión depende de muchos factores, y especialmente de las pruebas del mega cohete Starship de SpaceX, que servirá como módulo de aterrizaje para que los astronautas de Artemis 3 aterricen en la Luna. Actualmente, el cohete todavía está en desarrollo, aunque ya ha realizado varios vuelos de prueba y los últimos fueron muy exitosos.
A pesar de los aplazamientos de las misiones Artemis, EE.UU. todavía supera a China en los planes de exploración lunar (Pekín ha declarado que planea enviar astronautas allí para 2030). Ambos países apuntan al polo sur del satélite terrestre, que los científicos creen que es rico en hielo de agua, lo que debería facilitar la construcción de un asentamiento o un puesto de avanzada de investigación.