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Científicos de Pioneer Research Labs han desarrollado un nuevo estudio basado en los resultados de un nuevo estudio plan de terraformación de Marte, sin embargo, el proyecto está pensado para más de un siglo.
«Hace treinta años, la terraformación de Marte no sólo era difícil, sino imposible. Pero las nuevas tecnologías, como la Starship y la biología sintética, lo han convertido ahora en una posibilidad real», — el autor del estudio Erica Alden DeBenedictis.
En su artículo científico DeBenedictis señala que los nuevos avances en ingeniería climática, biología sintética y vuelos espaciales justifican el nuevo programa de investigación. La temperatura media en Marte es de unos -70 °C, y la presión atmosférica es sólo el 0,6% de la terrestre, lo que no permite que el agua permanezca mucho tiempo en la superficie.
Así, como primer paso, el científico propone calentar el Planeta Rojo utilizando tecnologías como velas solares, aerosoles artificiales o aerogeles de silicio. DeBenedictis subraya que esto podría calentar Marte al menos 30 ºC. Además, esto provocaría un bucle de retroalimentación y la liberación de grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Actualmente, el Planeta Rojo sólo recibe 130 vatios de energía solar por metro cuadrado, mucho menos que la Tierra. Sin embargo, la delgada atmósfera de Marte sugiere que incluso pequeños cambios de temperatura pueden modificar por completo el clima del planeta.
En una segunda fase, se propone enviar a Marte organismos modificados genéticamente, adaptable a la vida en condiciones extremas. Algunos de ellos podrán incluso utilizar sales de perclorato comunes en Marte como fuente de energía metabólica. Los científicos esperan que estos microorganismos ayuden a establecer colonias biológicas mediante la formación de materia orgánica, la liberación de oxígeno y el cambio de la composición química en la superficie del planeta.
La tercera etapa consiste en crear una biosfera estable con aire rico en oxígeno. El objetivo es una atmósfera con un contenido de oxígeno de 0,1 bares, suficiente para mantener la vida humana sin trajes espaciales.
Y aunque el proceso de terraformación de Marte puede llevar más de un siglo, los autores del estudio abogan por empezar a hacerlo ya. Los científicos subrayan que es posible empezar ya a preparar y ejecutar proyectos menos ambiciosos.
«Las futuras misiones a la superficie de Marte en 2028 o 2031 deberían incluir experimentos a pequeña escala para reducir los riesgos de estrategias de terraformación como el calentamiento de regiones locales», — afirma Erika Alden DeBenedictis.
Técnicamente, esta formación también incluye modelizar la retroalimentación climática, diseñar nuevos materiales que permitan la vida y desarrollar microorganismos resistentes en cámaras marcianas en la Tierra. Además, los científicos reclaman una investigación exhaustiva en laboratorio paraerosivos y reflectores solares.
En resumen, los autores del artículo señalan que el futuro de Marte dependerá no sólo de los cohetes y los microbios extremos, sino también de la disposición de la humanidad a aprender y dominar nuevas condiciones.
«Ni siquiera sabemos lo que es posible desde un punto de vista físico o biológico. … Si los humanos pueden aprender a terraformar un mundo como Marte, esto podría ser el primer paso hacia objetivos más lejanos», — subrayan los investigadores.
Los resultados del estudio se publican en la revista Nature
Fuente: ZMEScience