Uno de los retos subestimados de la ciencia moderna es mantener la cerveza lo más fría posible durante su consumo pausado. Parece que un científico ha inventado la forma de vaso óptima para ello.
Claudio Pellegrini, de la Universidad Federal de São João del Rey (Brasil), ha desarrollado un modelo matemático que determina la forma óptima del vaso para mantener fría la cerveza.
El objetivo del estudio era minimizar la transferencia de calor a la cerveza. Por supuesto, se pueden utilizar materiales aislantes o asas de vidrio para reducir el contacto con las manos calientes. Pero una solución bastante más elegante es cambiar el diseño de la cristalería sin utilizar elementos adicionales.
El principal reto consiste en encontrar una forma que reduzca al mínimo la transferencia de calor sin que el diseño deje de ser práctico para un uso normal.Parte del problema consiste en comprender la velocidad a la que se transfiere el calor al vidrio de una geometría determinada y, a continuación, diseñar una forma que reduzca esta velocidad
Pellegrini comienza modelando un vidrio con una curva que gira alrededor de un eje vertical para formar un «cuerpo de revolución» con un radio de base, una altura y una relación entre la base y la abertura superior específicos. Supone que la base está aislada, que el fluido tiene la misma temperatura y composición y que el vidrio tiene una resistencia térmica despreciable. Todo ello garantiza que el principal factor que determina la transferencia de calor es la forma del recipiente.
Con este planteamiento, Pellegrini descubrió el hecho, quizá obvio, de que el vaso de cerveza óptimo tiene una base estrecha y se ensancha gradualmente hacia la parte superior, lo que permite al usuario beber cómodamente. De hecho, el investigador afirma que algunos vasos de cerveza tradicionales ya presentan estas características: «tulipán brasileño», «pinta imperial» y «pinta americana».
Sin embargo, el planteamiento de Pellegrini tiene algunas limitaciones. El algoritmo de optimización funciona para valores específicos del radio de la base, la altura del cristal y la relación entre el radio de la base y el radio de la apertura. Pero no determina la mejor configuración de estos valores. Así que la solución es una familia de formas con diferencias relativamente pequeñas.
Por supuesto, hay otros factores que determinan la forma de un cristal. Por ejemplo, el tamaño y la forma de la parte superior del vaso determinan la cantidad de espuma que se crea durante el vertido. Y como la espuma atrapa las moléculas de aroma, afecta a la sensación de beber. Por ejemplo, las cervezas belgas se sirven en vasos de forma especial para crear una experiencia única. Esta investigación tan seria se publica en el sitio preprint arXiv.org.
Fuente: Discover