Tesla está intensificando su promoción de las tecnologías de asistencia al conductor. Ahora, los empleados norteamericanos de la empresa deben instalar y demostrar las tecnologías pertinentes antes de entregar los coches a los clientes. Se trata de un requisito «estricto» que, según Elon Musk, ralentizará las entregas. Al mismo tiempo, puede aumentar los beneficios de la empresa si los volúmenes de ventas son estables.
Musk ha dado instrucciones a los empleados para que realicen una «prueba de conducción corta» con clientes para mostrar el sistema, que Tesla anuncia como Full Self-Driving. Así lo pone de manifiesto una nota interna vista por Bloomberg. También se exigirá a los empleados que inspeccionen cualquier coche que se devuelva del servicio.
«Sé que esto ralentizará el proceso de entrega, pero sigue siendo un requisito difícil» dijo Musk, indicando su falta de familiaridad con las capacidades del sistema Tesla. «Esto es muy importante».
En la nota, Musk también afirmaba que «casi nadie se da cuenta realmente de lo bien que funciona» FSD (bajo supervisión).
Este movimiento puede animar a los compradores de coches a pedir la conducción autónoma completa. En la actualidad, Tesla vende esta opción a un precio de 12 mil dólares. En los materiales de marketing, la empresa promete que «tu coche será capaz de conducir por sí solo casi en cualquier lugar con una intervención mínima del conductor y estará en constante mejora».
Tesla y Musk no hicieron comentarios sobre esta información.
Fuente: bloomberg