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Reseña de la serie «Parasyte: los grises»

Опубликовал
Денис Федорук

El 5 de abril, Netflix estrenó una fantástica serie de terror «Parasyte: los grises». Se trata de una adaptación surcoreana del popular manga «Parasyte» de Hitoshi Iwaaki. En la reseña que te ofrecemos a continuación, te contamos qué tipo de infección ha atacado esta vez a la humanidad y si el concepto del material original resulta demasiado extraño en la pantalla de cine.

«Parasyte: los grises»

Género fantasía, terror, acción
Director Yong Sang Ho
Protagonistas Jeong Seo-ni, Koo Kyo-hwan, Lee Jong-hyun, Kwon Hae-hyo, Kim In-kwon
Estreno Netflix
Año de emisión 2024
Página web IMDb

Un colorido festival de música está en pleno apogeo. Los jóvenes bailan al ritmo de las canciones del DJ. De repente, como una lluvia de verano, empiezan a caer del cielo extraños frutos de rambután, de los que surgen viles criaturas parecidas a gusanos. Uno de ellos se mete en la oreja de un tipo a la moda con pantalones de cuero, y en un minuto éste deja de ser el objeto de la atención de todos — se convierte en un horrible monstruo con tentáculos por cabeza, que apuñala a la gente hasta matarla.

Mientras tanto, una joven, Jeong Shui-in, trabaja como cajera en un supermercado. Un cliente, descontento con el servicio, monta una escena y, al no conseguir lo que quiere, abandona la tienda con la promesa de matar a todos hasta el infierno. Más tarde, el vengativo camorrista intenta cumplir su promesa, pero muere misteriosamente en lugar de la víctima. Jeong se queda sólo con un susto.

Por último, hay otros personajes importantes en la historia, como el guerrero Choi Chunkyung, que dirige una unidad especial llamada «Equipo Gris». Buscan y destruyen misteriosos parásitos que se apoderan de los cuerpos humanos. Para encontrar la guarida del enemigo, se coloca un cubo de alta tecnología en uno de los parásitos capturados.No es el primer intento de los cineastas de adaptar «Parásito» al cine. En 2014-15, los japoneses estrenaron además dos largometrajes y una serie de anime. Como es habitual en el cine contemporáneo, Hollywood, en concreto New Line Cinema, se interesó en su día por el material, pero nunca llegó a materializarse.

A primera vista, la sinopsis y el aspecto de los lodos locales pueden parecer un disparate. Pero conviene recordar el material de origen — el manga de culto «Parasyte» de Hitoshi Iwaaki, que en realidad ofrecía un horror corporal tan bizarro. Los creadores tuvieron que recurrir a evidentes gráficos por ordenador para darle vida, así que, en vista de todo lo anterior, la serie parece más una oscura historia de superhéroes, u otro episodio de la difunta «Resident Evil» de Paul Anderson, que un horripilante body horror a lo Carpenter.

Mientras que el protagonista de la obra original era un escolar japonés corriente, y el gusano espacial tenía que conformarse, por extraño que parezca, con la mano del chico, en la adaptación de Netflix, una chica surcoreana corriente pasa a primer plano. Junto con el intruso en su cuerpo, forma un tándem como Eddie Brock y Venom.

Monstruos parecen otra creación de los experimentos de la enloquecida corporación Umbrella y están hechos a un nivel decente. No son estúpidos trozos de carne, como, por ejemplo, los zombis de «The Walking Dead», no provocan un apocalipsis inmediato. Los alienígenas son inteligentes, crean una organización secreta y su líder planea incluso infiltrarse en los más altos órganos de gobierno. Este enfoque es similar al de los Skrulls de Marvel, que también tenían su propia comunidad y se disfrazaban de personas probado ocupar puestos importantes para alcanzar los objetivos.

«Parasyte: los grises» difícilmente puede calificarse de historia extremadamente atractiva, de la que es imposible apartar la mirada. Para una película de cómic que dista mucho de ser monumental, hay demasiada palabrería, y cuando por fin llega la acción, al cámara le da de inmediato un ataque epiléptico.

En el contexto de las escenas de lucha, los autores no muestran ninguna originalidad de pensamiento o, al menos, diversidad: el encuadre o bien muestra un banal tiroteo de monstruos, como en cualquier película de acción de zombies de Hollywood, o bien peleas entre estos últimos, que quedan muy mal. Aun así, uno espera algo más del director y guionista de «Train to Busan».

En cambio, más cerca del clímax, los autores consiguen poner el acento en los personajes de tal manera que la trama despierta una curiosidad contenida pero auténtica. Las apuestas aumentan, la tensión crece y la tía de hierro con la escopeta está más decidida que nunca. Y los fans del manga seguramente apreciará la aparición episódica de un personaje conocido en el final. De hecho, fue principalmente por ellos que se concibió todo el asunto.

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