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Desde 2.500 dólares por un coche eléctrico — Fisker, en quiebra, planea vender barata su flota

Опубликовал
Катерина Даньшина

El crossover eléctrico más barato, el Fisker Ocean, tenía un precio de 2.500 dólares, mientras que el más caro cuesta 16.500 dólares.

Según informa CarAndDriver, Fisker dentro del casos de quiebra tiene previsto vender todos sus coches (3.231 unidades en total) a la empresa neoyorquina American Lease — el valor total de la operación asciende a 46 millones de dólares. Según la presentación judicial, «no podrá financiar gastos vitales, como nóminas o impuestos, si no se aprueba la venta antes del 12 de julio».

El coste de los vehículos eléctricos se determinó en función de su estado (el más bajo para los dañados). Fisker señala que tiene unos 2.711 VE nuevos en sus flotas de Estados Unidos y Canadá en «buen estado de funcionamiento», reservados al precio más alto de 16.500 dólares.

Cuando el Ocean salió a la venta por primera vez, su precio oscilaba entre los 40.000 dólares del modelo Sport básico y los más de 70.000 dólares del modelo Extreme. Durante un infructuoso intento de evitar la quiebra en marzo, Fisker redujo estas cifras a 24.000 dólares.

Según el acuerdo propuesto, Fisker no está obligada a cumplir la garantía de reparación o mantenimiento. En cuanto al servicio para los actuales propietarios de coches, la empresa respondió:

«En este momento, no tenemos más comentarios que nuestros documentos».

American Lease «también proporcionará a American Lease» todo el código fuente pertinente u otros elementos operativos del software, así como los desarrollos existentes que puedan ser necesarios para que el vehículo» sea operativo.

  • El coche eléctrico Ocean, que entró en el mercado el año pasado (las ventas empezaron el 23 de junio de 2023), ha suscitado muchas críticas entre sus propietarios. Los usuarios denunciaron varios problemas mecánicos y de software. La propia empresa tuvo problemas con el servicio de atención al cliente e incluso con el seguimiento del dinero. Al final, Fisker sólo pudo vender unos pocos miles de coches. Fueron ensamblados por el fabricante por contrato Magna.
  • Fisker intentó mantenerse a flote con varias rondas de despidos y otras medidas de reducción de costes. La empresa también cambió su modelo de negocio. A principios de año, Fisker abandonó la venta directa al cliente — un sistema popularizado por Tesla — y en su lugar intentó cooperar con conocidos concesionarios. En última instancia, estos esfuerzos no bastaron para salvar la empresa.
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Катерина Даньшина