Excavaciones arqueológicas han revelado restos de wolframio en el laboratorio del astrónomo danés Tycho Brahe, aunque este elemento no se descubrió oficialmente hasta el siglo XVIII.
Conocido sobre todo como un destacado astrónomo del siglo XVI, Tycho Brahe realizó una importante contribución al desarrollo de la ciencia. Mejoró notablemente la precisión de las observaciones de estrellas y planetas, compiló tablas de distorsiones visibles de los cuerpos celestes debidas a la refracción atmosférica, describió la explosión de una supernova en la constelación de Casiopea y demostró el origen extraterrestre de los cometas.

Sin embargo, Brahe también se dedicó a la astrología y la alquimia. En 1576, el rey Federico II de Dinamarca le concedió la isla de Vän, en el estrecho de Øresund, donde construyó la residencia de Uraniborg. Este edificio combinaba un observatorio, un laboratorio alquímico y viviendas para la familia del científico.

Durante las excavaciones de 1988-1990, los arqueólogos encontraron varios fragmentos de cerámica y vidrio en el jardín de Uraniborg. El químico Kaare Lund Rasmussen, de la Universidad del Sur de Dinamarca, y el historiador Poul Grinder-Hansen, del Museo Nacional de Dinamarca, examinaron cinco de estos fragmentos. Los resultados de su trabajo publicado en la revista Heritage Science.

Los científicos han encontrado restos de níquel, cobre, zinc, estaño, antimonio, wolframio, oro, mercurio y plomo en los fragmentos. La presencia de la mayoría de estos elementos no es sorprendente, ya que los alquimistas solían utilizar oro y mercurio en sus experimentos. Sin embargo, la presencia de wolframio fue una sorpresa.
«El descubrimiento del wolframio en el laboratorio de Tycho Brahe — es un hallazgo realmente asombroso. Este elemento no se descubrió oficialmente hasta 1781, cuando el químico sueco Carl Scheele lo obtuvo en su forma pura», — dijo Kaare Lund Rasmussen.
Existen varias hipótesis sobre el origen del wolframio en el laboratorio de Brahe. Quizá el elemento llegó allí a través de ciertos minerales utilizados por el alquimista. Otra versión está relacionada con la descripción que hizo el mineralogista alemán Georgius Agricola de una extraña sustancia en el mineral de estaño de Sajonia, a la que llamó «tungsteno» (del alemán «Wolf Rahm» — «espuma de lobo»).
Fuente: Miragenews
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