Boeing retrasa el alunizaje: «trabajadores no cualificados y mala calidad»

Publicado por Andrii Rusanov

Según un nuevo informe del inspector general de la agencia espacial, el programa de la NASA para desarrollar una nueva etapa superior para el cohete Space Launch System lleva siete años de retraso y un presupuesto considerablemente superior al previsto. Además de la conclusión principal, el informe contiene información interesante sobre el principal contratista del proyecto, Boeing, y su deficiente control de calidad.

La NASA considera que la Exploration Upper Stage, una segunda etapa más potente para el cohete SLS, que se estrenará a finales de 2022, es una pieza clave de su programa Artemis para devolver seres humanos a la Luna. El plan actual es utilizar esta etapa a partir del segundo alunizaje como parte del Misión Artemis IVprevista para 2028. En términos de la NASA, la versión actualizada del SLS se conoce como Bloque 1B.

Sin embargo, por muchas razones, entre ellas la falta de preparación de los módulos de aterrizaje lunar, los equipos del Lunar Gateway, una nueva torre de lanzamiento móvil, etc., es poco probable que la NASA cumpla esta fecha. Ahora, según informeLa segunda etapa del cohete puede añadirse a esta lista.

«Hemos identificado una serie de problemas que podrían impedir la preparación del SLS Bloque 1B para la misión Artemis IV, entre ellos el inadecuado sistema de gestión de calidad de Boeing, la escalada de costes y calendarios, y la falta de transparencia en los costes previstos del Bloque 1B,» señala el informe, firmado por el Inspector General Adjunto de la NASA, George A. Scott.

El informe contiene detalles sorprendentes sobre los métodos de control de calidad de Boeing en la planta de montaje del sur de Luisiana donde se fabrica la parte superior del misil. Los supervisores federales enviaron a Boeing un enorme número de «solicitudes de acción correctiva».

«Según representantes de la División de Seguridad y Aseguramiento de Vuelos de la NASA y representantes de la DCMA en Michoud, los problemas de control de calidad de Boeing se deben en gran medida a la falta de experiencia en fabricación aeroespacial. La falta de mano de obra formada y cualificada aumenta el riesgo de que el contratista siga produciendo piezas y componentes que no cumplan las normas de la NASA y del sector», según el informe.

La falta de mano de obra cualificada provocó importantes retrasos en el programa y un aumento de los costes. Según el nuevo informe, las operaciones de soldadura «insatisfactorias» hicieron que los depósitos de combustible no cumplieran las especificaciones, lo que provocó directamente un retraso de siete meses en el programa.

El inspector general de la NASA estaba lo suficientemente preocupado por el control de calidad como para recomendar que la agencia espacial impusiera sanciones económicas a Boeing por incumplimiento. Sin embargo, la administradora adjunta de la NASA, Kathryn Kerner, se negó a hacerlo.

«La NASA interpreta esta recomendación como una instrucción para imponer penalizaciones al margen del contrato. El contrato ya cuenta con penalizaciones que crean consecuencias económicas por incumplimiento de las normas de control de calidad».

El informe estima que los costes de desarrollo del Bloque 1B alcanzarán los 5.700 millones de dólares antes de su lanzamiento definitivo, 700 millones más que la estimación de la NASA de diciembre del año pasado. En cuanto a la etapa superior, la NASA preveía unos costes de desarrollo de 962 millones de dólares en 2017. Sin embargo, el nuevo informe dice que en realidad costará 2.800 millones de dólares — tres veces más.

Sin embargo, el aumento de los costes no afectará a Boeing, ya que el contrato «coste más» cubre todos los costes de Boeing, así como la comisión. Esto puede explicar por qué es probable que el programa de desarrollo, que en un principio debía concluir en 2021, se retrase hasta 2028.

Mientras tanto, el sistema de lanzamiento funciona bien, y hay etapas superiores mucho, mucho más baratas que podrían utilizarse para poner la nave Orión en órbita lunar: por ejemplo, el fiable y listo Centaur V de United Launch Alliance. Con Starship y New Glenn, la NASA dispondrá pronto de dos cohetes comerciales superpesados muy potentes.

Fuente: Ars Technica