En plena carrera espacial entre EEUU y la URSS, la inteligencia estadounidense llevó a cabo una operación encubierta para estudiar la tecnología espacial soviética desmontando una muestra de exhibición de la sonda «Luna-2».
En 1959, cuando la rivalidad espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética estaba en su punto álgido, la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) llevó a cabo una operación insólita. Unos agentes desmantelaron en secreto la nave espacial soviética «Luna-2» (Lunik 2), que se exhibía en una exposición de logros soviéticos, para investigar la tecnología utilizada en su construcción.
La operación duró 24 horas. Durante este tiempo, el equipo de la CIA consiguió acceso sin restricciones a la exposición, que resultó no ser una maqueta sino un aparato completamente funcional. Los agentes desmontaron el aparato, fotografiaron todas las piezas sin sacarlas de la caja y luego volvieron a montarlo todo. La parte soviética nunca se enteró de esta intervención.
Los resultados de esta operación resultaron ser extremadamente valiosos para la inteligencia estadounidense. El análisis de las fotografías permitió identificar al fabricante del «Luna 2», establecer que se trataba del quinto ejemplar fabricado e identificar a tres proveedores de componentes eléctricos. Además, fue posible descifrar el sistema de numeración de las piezas, que probablemente se utilizó en otras naves espaciales soviéticas.
La operación no estuvo exenta de curiosidades. La tarea más difícil fue volver a montar la máquina. «Pasamos casi una hora en ello, con un hombre en el estrecho compartimento del morro intentando colocar el globo en su posición y otro en el compartimento del motor intentando conectar las roscas del extremo de una varilla que no podía ver,» dice un documento desclasificado de la CIA.