
Un nuevo estudio concluye que el Océano Ártico podría experimentar su primer día sin hielo ya en 2027. El Ártico se volverá más oscuro, y eso es malo.
Según un nuevo estudio, publicado el lunes 3 de noviembre en la revista Nature, este «siniestro hito para el planeta», probablemente ocurra dentro de nueve a veinte años a partir de 2023. Esto sucederá independientemente de si disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero. Las predicciones más pesimistas sugieren que podría suceder en solo tres años.
«El primer día libre de hielo en el Ártico no cambiará radicalmente la situación. Pero demostrará que hemos alterado fundamentalmente una de las características definitorias del entorno natural del Océano Ártico, que es que está cubierto de hielo marino y nieve todo el año, debido a las emisiones de gases de efecto invernadero», declaró la coautora del estudio Alexandra Jan, climatóloga de la Universidad de Colorado en Boulder.
La cobertura de hielo de los océanos de la Tierra se ha medido utilizando satélites desde 1979. El hielo marino juega un papel crucial en la regulación de la temperatura del océano y del aire, en el mantenimiento de los hábitats marinos y en el alimentamiento de las corrientes oceánicas que transportan calor y nutrientes alrededor del globo.
La superficie del hielo marino también refleja parte de la energía solar de vuelta al espacio en un proceso conocido como efecto albedo. Esto también funciona en la dirección opuesta: el derretimiento del hielo marino expone aguas más oscuras que absorben más rayos solares. Esto significa que con el tiempo, el Ártico se ha transformado de un refrigerador en un radiador, y ahora se está calentando cuatro veces más rápido que el resto del mundo.
El rápido calentamiento ha tenido consecuencias dramáticas y notables. El área del glaciar marino más septentrional del planeta, que promediaba 6,85 millones de km² desde 1979 hasta 1992, este año cayó drásticamente a 4,28 millones de km². La rápida disminución significa que los futuros cambios climáticos probablemente empujarán el hielo por debajo de 1 millón de km², debajo del cual la región se considera «libre de hielo».
Utilizando 11 modelos climáticos y 366 simulaciones en ellos, los investigadores descubrieron que este día podría llegar en tres a seis años. Esta predicción se hizo solo en las nueve simulaciones más pesimistas, que suponían la ocurrencia de una serie de temporadas inusualmente cálidas. Pero todas las simulaciones finalmente predijeron que el día sin hielo es inevitable, probablemente en la década de 2030.
A pesar de la gravedad de las conclusiones, el estudio también tiene un hallazgo positivo: una reducción drástica de las emisiones de dióxido de carbono retrasaría significativamente la llegada del día sin hielo y mitigaría el choque climático causado por la pérdida del hielo ártico.
Fuente: LiveScience
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