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El cerebro se come a sí mismo durante las carreras de maratón

Publicado por Oleksandr Fedotkin

Investigadores españoles han descubierto que durante largas distancias de maratón, en condiciones de déficit energético crítico, el cerebro comienza a utilizar mielina, que recubre los procesos neuronales y participa en la aceleración de la transmisión de señales.

Las carreras de maratón por sí mismas agotan seriamente el organismo, suponiendo una amenaza para los riñones, el estómago, provocando un riesgo de insuficiencia cardiovascular y lesiones del sistema musculoesquelético. En un nuevo estudio, investigadores del San Sebastián CIC biomaGUNE analizado el efecto de una carrera larga en el cerebro. En concreto, observaron una disminución del biomarcador clave mielina. Se trata del tejido graso que recubre los procesos neuronales. En situaciones de estrés grave, el cerebro empieza a utilizar la mielina como fuente de energía.

Sin embargo, los investigadores añaden que tales efectos reversible Tan pronto como el cerebro se agota cuando se queda sin su fuente de energía habitual, la glucosa o el azúcar, recurre a generadores de reserva, metabolizando las grasas como fuente alternativa de combustible.

En general, el cerebro consume hasta el 20% de la energía producida por nuestro organismo. Si se agotan las fuentes habituales de energía el cerebro empieza a sufrir

Según el investigador Pedro Ramos Cabrera, él y otros científicos trataron de identificar fuentes de reserva de energía cerebral. Supusieron que una de estas fuentes podría ser mielina Estudios anteriores en roedores han sugerido que los ácidos grasos derivados de la descomposición de la mielina pueden contribuir a aumentar la supervivencia de las células cerebrales.

Los investigadores utilizaron resonancias magnéticas para escanear el cerebro de 10 corredores 48 horas antes de que completaran el maratón. El escáner se repitió 2 días después y de nuevo —2 meses después. La IRM ayudó a los investigadores a detectar la presencia de moléculas de agua atrapadas entre capas mielina.

Los resultados del escáner mostraron que 2 días después de la carrera, el nivel de mielina en determinadas zonas de la sustancia blanca disminuyó en torno al 10-28%, lo que no puede causar consecuencias irreversibles.

«Las áreas en las que observamos cambios más significativos estaban relacionadas con los circuitos motores y el centro de control emocional del cerebro,incluyendo la vía corticoespinal, la protuberancia cerebelosa y la corona radial», — dice Pedro Ramos Cabrera.

Sin embargo, al cabo de dos meses, los niveles de mielina de los corredores volvieron a la normalidad Los autores denominan a este fenómeno plasticidad metabólica de la mielina. Sugieren que en condiciones de deficiencia de glucosa, el cerebro puede utilizar temporalmente lípidos de la mielina como fuente de energía. Esto no destruye toda la capa aislante, sino que afecta sólo a una parte de las fibras y se restablece gradualmente.

Sin embargo, estos efectos pueden conllevar un mayor riesgo para algunos deportistas. Por ejemplo, en las personas con esclerosis lateral amiotrófica, las moléculas metabólicas que normalmente producen mielina escasean, y los investigadores creen que el ejercicio excesivo puede empeorar el problema.

Los resultados del estudio se publicaron en la revista Nature

Fuente: LiveScience