
La Comisión Europea ha empezado a entregar teléfonos desechables y ordenadores portátiles básicos a algunos miembros de su personal que viajan a Estados Unidos para evitar el espionaje, una medida de seguridad que tradicionalmente sólo se aplicaba a los viajes a China o a una Ucrania devastada por la guerra por temor al rastreo ruso.
Según Financial Times, Los Comisarios y altos funcionarios que asistirán a las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial la próxima semana ya han recibido nuevas instrucciones.
«Les preocupa que EEUU acceda a los sistemas de la Comisión,» dijo un funcionario.
La actitud de la UE ante Estados Unidos como fuente potencial de amenazas para la seguridad queda claramente demostrada por el grado de deterioro de sus relaciones desde que Donald Trump volvió a la presidencia en enero. Acusó a la UE de ser un bloque creado para «estafar a los Estados» y anunció aranceles «recíprocos» del 20% a las exportaciones de la unión, que luego redujo a la mitad en 90 días.
Al mismo tiempo, Trump ha tratado de recomponer las relaciones con Rusia, ha presionado a Ucrania por un acuerdo sobre tierras raras, suspendiendo temporalmente la ayuda militar, y ha amenazado con retirar las garantías de seguridad a Europa, espoleando los esfuerzos de rearme en todo el continente.
«Se acabó la Alianza Transatlántica»», resumió otro funcionario de la UE en un comentario a la publicación.
La Comisión Europea confirmó que ha actualizado sus consejos de seguridad para EE.UU., pero aclaró que no ha proporcionado «ninguna instrucción escrita» sobre el uso de teléfonos desechables. En su lugar, ha añadido la recomendación de apagar los teléfonos en la frontera y ocultarlos en casos especiales. Según Luuk van Middelaar, director del think tank Instituto de Geopolítica de Bruselas, este consejo no era inesperado.
«Washington no es Pekín ni Moscú, pero es un adversario proclive a utilizar métodos extralegales para promover sus intereses y su poder».
Middelaar recordó que la administración del presidente Barack Obama se enfrentó en 2013 a acusaciones de espionaje del teléfono de la entonces canciller alemana Angela Merkel.
«Las administraciones demócratas están utilizando las mismas tácticas,» dijo. «Esta es la aceptación de la realidad por parte de la Comisión.
Además, cuando se viaja a Estados Unidos, existe el riesgo adicional de que el personal de fronteras confisque los teléfonos y ordenadores de los visitantes y compruebe su contenido. A turistas y académicos visitantes de Europa, por ejemplo, se les ha denegado la entrada al país después de que se encontraran en sus dispositivos comentarios en redes sociales o publicaciones críticas con las políticas de la administración Trump. En marzo, el gobierno francés dijo que a su investigador se le negó la entrada porque había expresado una «opinión personal» sobre la política de investigación de Estados Unidos.
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