Investigadores australianos y canadienses han descubierto una estrecha relación entre los patrones irregulares de sueño y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores analizaron los datos de 72.269 británicos de entre 40 y 79 años con Base de datos del Biobanco del Reino Unido que contiene información médica, genética y sobre el estilo de vida de medio millón de personas. Ninguno de los participantes seleccionados tenía antecedentes de episodios cardiovasculares graves.
Todos los participantes llevaron un rastreador de actividad durante siete días. A partir de los datos recogidos, los investigadores calcularon un índice de regularidad del sueño (IRS) de 0 a 100, teniendo en cuenta la hora a la que se dormían y se despertaban, la duración del sueño y el número de despertares nocturnos. Los participantes con puntuaciones de SRI superiores a 87 se clasificaron como personas con patrones de sueño regulares, y aquellos con puntuaciones inferiores a 72 — como personas con patrones de sueño irregulares. Los individuos con puntuaciones entre estos valores se incluyeron en el grupo de sueño moderadamente irregular.
A continuación, se realizó un seguimiento de los participantes durante los ocho años siguientes para detectar infartos de miocardio, insuficiencias cardíacas, accidentes cerebrovasculares y muertes por causas cardiovasculares. El estudio mostró un aumento del 26% en el riesgo de enfermedad cardiovascular para el grupo de sueño irregular y un aumento del 8% — para el grupo de sueño moderadamente irregular.
Los cálculos que llevaron a los investigadores a sus conclusiones tuvieron en cuenta una amplia gama de factores que potencialmente podrían afectar a la salud cardiovascular, como el tabaquismo, el uso de medicamentos, el consumo de café y alcohol, los problemas de salud mental, el trabajo por turnos, etc.
Los investigadores también analizaron la duración del sueño y la compararon con el tiempo generalmente recomendado: 7-9 horas para las personas de 18-64 años y 7-8 horas para los mayores de 65 años. Curiosamente, incluso quienes dormían el número de horas recomendado, pero a horas diferentes, presentaban mayores riesgos para la salud. Así pues, no sólo es importante dormir lo suficiente, sino también mantener una rutina constante día tras día.
El estudio se publicó en Journal of Epidemiology & Community Health.
Fuente: New Atlas