
Científicos de la Universidad de Nevada, en Las Vegas, han planteado la hipótesis de que en los primeros periodos de existencia del sistema Tierra-Luna, ésta podría haber tenido pequeños compañeros en órbitas polares.
En la actualidad, la Luna orbita alrededor de la Tierra a una distancia aproximada de 384.600 km, lo que equivale a 30 veces el diámetro de nuestro planeta. Sin embargo, esta distancia aumenta constantemente — la Luna se aleja de la Tierra a un ritmo de unos 3,8 cm al año.
Los investigadores señalan que la Luna se formó hace casi 4.500 millones de años, probablemente como resultado de la colisión de la Tierra con un objeto del tamaño de Marte. Tras este catastrófico acontecimiento, la Luna se formó a una distancia de sólo 19.135 km de la Tierra, lo que equivale aproximadamente a 1,5 veces el diámetro de nuestro planeta.
Steven Lepp, coautor del estudio, explica:
«En las primeras etapas de la formación del Sistema Solar, había muchos más cuerpos pequeños y escombros que en la actualidad».
La mayoría de los restos que se formaron durante la formación de la Luna probablemente colisionaron con la Luna o la Tierra, o fueron arrojados por ambas. Sin embargo, algunos de ellos pueden haber orbitado la Tierra y la Luna en lo que se conoce como órbitas circulares.
Los investigadores descubrieron que el sistema Tierra-Luna podría haber tenido un satélite o disco en una órbita polar — es decir, alrededor de los polos de la Tierra y la Luna, no del ecuador. Tales órbitas fueron estables desde el momento en que se formó la Luna hasta que la distancia entre la Tierra y la Luna alcanzó los 7,5 diámetros terrestres.
Aunque en la actualidad la órbita de la Luna está inclinada 5 grados con respecto a la órbita de la Tierra alrededor del Sol, estudios anteriores han sugerido que durante la formación esta inclinación era de al menos 10 grados. La presencia de satélites en órbitas polares podría haber influido en la evolución del sistema Tierra-Luna y explicado estos misteriosos aspectos.
Lepp concluye que estos hallazgos abren la posibilidad de que se formen lunas polares estables en sistemas exoplanetarios, lo que podría tener implicaciones observables para futuras investigaciones.
Los resultados del estudio han sido aceptados para su publicación en la revista Astrophysical Journal.
Como recordatorio, investigadores de China encontraron pruebas de la presencia de agua en las muestras de suelo lunar recogidas por la misión Chang’e-5, lo que abre nuevas perspectivas en el estudio del satélite natural de la Tierra.
Fuente: Space
Spelling error report
The following text will be sent to our editors: