Navegador «bacteriano» rastrea con precisión dónde ha estado una persona — científicos han creado una nueva herramienta de IA

Publicado por Igor Panchenko

Los investigadores han creado una herramienta de IA que identifica la ubicación de una persona a partir de muestras bacterianas de su cuerpo.

Para entender cómo funciona la nueva tecnología, conviene recordar cómo los forenses utilizan pelo, fibras, restos de pólvora o tierra para relacionar a una persona con un lugar concreto. La nueva herramienta de los investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) funciona de forma similar.

«El microbioma humano cambia constantemente debido al contacto con distintos entornos. El rastreo de microorganismos nos permite comprender la propagación de enfermedades e identificar posibles fuentes de infección,» explica Eran Elhaik, biólogo investigador de la Universidad de Lund y autor principal del estudio.

Las comunidades microbianas presentan características geográficas únicas. Algunas bacterias están distribuidas por todo el mundo, mientras que otras sólo viven en determinadas regiones o entornos. Los científicos se han centrado en las bacterias que dejan «huellas dactilares» específicas y pueden señalar un lugar concreto.

Para entrenar la IA se utilizó una gran base de datos: 4135 muestras de MetaSUBMetaSUB (The Metagenomics and Metadesign of Subways and Urban Biomes) — es una base de datos internacional que contiene genomas de microbios recogidos en metros y entornos urbanos. recogidos en metros y diversos lugares de 53 ciudades, 237 muestras de suelo de 18 países y 131 muestras marinas de nueve masas de agua. La inteligencia artificial se entrenó para reconocer las proporciones únicas de estas «huellas dactilares» y vincularlas a coordenadas geográficas. El sistema creado se denomina Estructura Geográfica de la Población del Microbioma, o mGPS por sus siglas en inglés.

La precisión del sistema depende del número de muestras de la base de datos. En ciudades bien representadas, mGPS identificó la ubicación correcta en el 92% de los casos. En ciudades con menos muestras (menos de 100), la precisión fue del 87%.

Para comprobar la precisión en distancias cortas, los investigadores probaron el sistema en las tres ciudades más estudiadas. En Hong Kong, el mGPS distinguió entre estaciones de metro separadas por 172 metros. En Nueva York, la tecnología fue capaz de distinguir entre un quiosco y una barandilla situados a menos de un metro de distancia. En Londres, la precisión fue menor — sólo la mitad de las muestras se vincularon correctamente a grupos geográficos. Los investigadores lo atribuyeron a diferencias en la limpieza de las estaciones de metro: las muestras se recogieron antes de la pandemia de COVID-19, cuando las estaciones de Hong Kong estaban «impecablemente limpias» y las de Londres — mucho menos cuidadas.

«Sólo estamos empezando a comprender la relación entre los microorganismos y el medio ambiente,» afirma Elhaik. El siguiente paso es crear mapas del microbioma de ciudades enteras, lo que ayudará en las investigaciones forenses y en el estudio de los organismos que viven en las calles, en los jardines y en el cuerpo humano.

El estudio se publicó en la revista Genome Biology and Evolution.

Fuente: New Atlas