La Real Casa de la Moneda de Inglaterra ha empezado a extraer oro de viejas placas de circuitos electrónicos para convertirlo en exquisitas joyas mediante un proceso químico.
La Real Casa de la Moneda de Inglaterra, una institución con más de mil años de acuñación de monedas, ha encontrado una nueva forma de seguir siendo relevante en la era sin dinero en efectivo. Llamaron la atención sobre el problema de los residuos electrónicos, ya que el Reino Unido es el segundo país del mundo en producción de residuos electrónicos per cápita.
Según la ONUSegún el Banco Mundial, 2022 fue un año récord para los residuos electrónicos, con 62 millones de toneladas de dispositivos desechados. Se prevé que esta cifra crezca un 32 % de aquí a 2030, hasta alcanzar los 82 millones de toneladas anuales.
Para hacer frente a este problema, la Real Casa de la Moneda ha abierto una planta de 3.700 metros cuadrados en el sur de Gales. En ella se reciclan cada año 4.000 toneladas de circuitos impresos de dispositivos electrónicos.
La planta utiliza la tecnología de la empresa canadiense Excir. Las placas se desmontan y se sumergen en una sustancia química respetuosa con el medio ambiente que extrae el oro a temperatura ambiente. El proceso permite extraer más del 99% del oro de los residuos electrónicos en cuestión de segundos.
La Real Casa de la Moneda convierte el oro recuperado en una colección de joyas llamada 886. La colección incluye dos colgantes, una pulsera y un anillo con sello, con un precio que oscila entre 1937 y 3805 dólares.
Anna Jessop, Directora General de la Real Casa de la Moneda, subraya la importancia de este proyecto:
«No solo preservamos los metales preciosos para las generaciones futuras, sino que también creamos nuevos puestos de trabajo y oportunidades de reciclaje» para nuestros empleados.
Como recordatorio, científicos de la Universidad de Washington inventó nuevos circuitos impresos La empresa ha desarrollado una serie de nuevos productos que podrían reducir significativamente la cantidad de residuos electrónicos que acaban en los vertederos. Estas placas se convierten parcialmente en gelatina, que es fácil de reciclar.