
Científicos de la Universidad de Kioto (Japón) han descubierto que las ondas sonoras pueden afectar a la salud de las personas comportamiento celular del cuerpo humano.
En su estudio, los científicos japoneses desarrollaron un montaje especial con un sensor de sonido a vibración y un diafragma conectado a él, e instalaron un cuenco con células vivas, cultivadas en el laboratorio. Mediante un reproductor de audio convencional y un amplificador, los sonidos se enviaban en forma de vibraciones al cuenco con las células.
Los investigadores reprodujeron sonidos con una frecuencia de 440 Hz (tono grave), 14 kHz (tono agudo) y ruido blanco bajo una presión de 100 Pa. De este modo, intentaron crear un entorno sonoro controlado similar al que podría haber dentro del cuerpo humano.
Los resultados del estudio demostraron que, efectivamente, las células responden al sonido en el rango que oímos. En respuesta a las ondas sonoras, las células cambiaron su actividad. Tras sólo 2 horas de estimulación sonora, cambió la expresión de 42 genes. Un día después, 142 genes cambiaron su expresión.

Los genes que han cambiado su propia expresión están implicados principalmente en percepción por las células impactos mecánicos, regulación los procesos inflamatorios, la renovación de los tejidos e incluso la muerte celular. Además, los científicos han observado cambios físicos en las células bajo la influencia del sonido. El sonido afectaba a la forma en que las células se adherían entre sí (adhesión celular) y a matriz extracelularRed de proteínas y azúcares fuera de las células que proporciona soporte estructural y regula el comportamiento celular. Las células actuaban como si estuvieran en un entorno más duro.
Los científicos quedaron muy sorprendidos por el efecto de los sonidos que generaban en las células que más tarde podrían convertirse en grasas. Los tonos continuos de 440 Hz durante la fase de inducción de tres días redujeron la expresión de dos genes clave de la grasa, Cebpa y Pparg, en más de un 70%. De momento, los investigadores no están seguros de que el sonido tenga el mismo efecto en estudios con seres humanos. Pero este estudio ofrece una visión real de cómo puede utilizarse el sonido con mayor precisión y eficacia. Los científicos japoneses no se detuvieron ahí e identificaron unos 190 genes más sensibles al sonido.
«El sonido es inmaterial. Por tanto, la estimulación sonora — es un método de exposición no invasivo (es decir, no requiere incisiones ni inyecciones), seguro y rápido. Es probable que encuentre aplicación en medicina», — señala Masahiro Kumeta, uno de los autores del estudio.
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Los resultados del estudio se publican en la revista Nature
Fuente: ZMEScience
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