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Investigadores de Bruselas, Australia y Hong Kong desarrolló un método eficaz para generar cargas eléctricas.
Cabe señalar que la triboelectricidad sigue siendo bastante poco conocida método de generación de energía. Este método es similar a la electricidad estática, en la que la energía se genera por la fricción de dos superficies entre sí.
A pesar de que la triboelectricidad no será eficaz en ámbitos tan prometedores como eólica, solar, geotérmica y otros tipos de energía renovable, debido a demasiado, pequeños volúmenes de energía producida, podría utilizarse en una serie de dispositivos médicos y tecnologías que se aplican a diversas superficies. En concreto, este método ya se ha utilizado en el desarrollo de sensores para detectar mercurio en los alimentos, así como — detectar monóxido de carbono o cambios de temperatura en la vigilancia de la amenaza de incendios forestales.
Los desarrolladores crearon incluso un hilo especial que podía transformar cualquier tejido basándose en el principio de la triboelectricidad en una minicentral de carga. Sin embargo, investigadores de Bélgica, Australia y Hong Kong han descubierto ahora un nuevo secreto de la eficacia del efecto triboeléctrico.
Basándose en los resultados de experimentos con distintos materiales, los científicos crearon nanobolas de plástico a partir de melamina y formaldehído y descubrieron que la mezcla de estas bolas de pequeño y gran tamaño puede aumentar significativamente la generación de electricidad. Los científicos observaron que las bolas más grandes suelen tener carga negativa, mientras que las pequeñas — predominantemente positiva.
Los investigadores afirman que han desarrollado un sistema que denominan generador triboeléctrico, en el que las bolas grandes se colocan a un lado de una capa de película fina y las bolas — pequeñas al otro, lo que les permite generar más electricidad, de lo habitual Hay que señalar que la corriente de salida medida durante los experimentos sólo se registró en nanoamperios, por lo que es demasiado pronto para alegrarse.
Al mismo tiempo, las bolas interactúan entre sí sin necesidad de fricción física, lo que les permite funcionar mucho más tiempo. Las investigaciones han demostrado que estas bolas pueden resistir hasta 10.000 ciclos de funcionamiento.
Los investigadores también añaden que las bolas se fabricaron sin utilizar disolventes, lo que reduce considerablemente el coste de su producción. Además, pueden restaurarse utilizando un polvo especial.
«Nuestra investigación demuestra que pequeños cambios en la elección de los materiales pueden dar lugar a mejoras significativas en la eficiencia de la generación de energía Esto abre nuevas posibilidades para los nanogeneradores triboeléctricos en la vida cotidiana, independientemente de las fuentes de energía tradicionales», — afirma el autor principal del estudio de la Universidad Libre de Bruselas Ignace Jimidar.
Artículo científico publicado en la revista Small
Fuente: Universidad Libre Bruselas; New Atlas