Los investigadores creen que el despliegue del acceso a Internet de alta velocidad ha tenido un impacto significativo en la actividad física y los hábitos alimentarios de la población, provocando así un aumento de las tasas de obesidad en los países.
La obesidad sigue siendo un grave problema en muchos países del mundo, ya que aumenta el riesgo de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y diabetes. En Australia, por ejemplo, el 67% de los adultos tenían sobrepeso o eran obesos, y en Estados Unidos se prevé que en 2030 el número de estas personas alcance el 78%.
La obesidad está vinculada principalmente a cambios en el estilo de vida, como una dieta inadecuada y la falta de actividad física — y un nuevo estudio realizado por expertos de la Universidad de Monash, la Universidad de Melbourne y la Universidad RMIT sugiere que el despliegue de Internet de alta velocidad podría haber contribuido a estos cambios (los datos se refieren únicamente a Australia).
«El acceso a Internet de alta velocidad reduce la probabilidad de que las personas cumplan las recomendaciones mínimas de actividad física de la Organización Mundial de la Salud», afirma el Dr. Klaus Ackermann, del Departamento de Econometría y Estadística Empresarial de la Universidad de Monash.
Los investigadores analizaron 14 oleadas de encuestas longitudinales
Como resultado, los investigadores observaron un aumento del índice de masa corporal (IMC) global de 1,57 kg/m² con un incremento del 6,6% en la penetración de NBN (El IMC es una medida estándar internacionalmente reconocida del peso corporal en relación con la estatura; los adultos con un IMC de 25-29,9 se consideran con sobrepeso, mientras que un IMC de 30 o más se considera obeso).
«El comportamiento sedentario, impulsado por la necesidad de permanecer conectado en línea durante períodos más largos, conduce a una tasa metabólica más baja y contribuye a la obesidad,» afirma Ackermann. «Este problema se agrava por la necesidad de picar algo con frecuencia mientras se trabaja con el ordenador, lo que aumenta el nivel de ingesta diaria de calorías. Además, Internet proporciona un acceso fácil y rápido a muchos bienes y servicios, lo que reduce la necesidad de ocuparse físicamente de estos asuntos. Lo mismo ocurre con los encuentros con familiares o amigos».
Sin embargo, el vínculo entre la obesidad y el uso de Internet no se limita a Australia: por ejemplo, el estudio de este año encontró una correlación positiva entre el IMC y el uso de Internet entre los estudiantes de primer año en Turquía; y en 2019, una revisión de estudios de varios países, incluidos los Estados Unidos, encontró que Los usuarios activos de Internet tenían un 47% más de probabilidades de padecer sobrepeso u obesidad
El estudio se publicó en la revista Economics & Human Biology.
Fuente: New Atlas, Universidad de Monash