
Las últimas semanas han sido una montaña rusa (en todos los sentidos) para los criptoinversores. Todo empezó con las ruidosas promesas de Donald Trump, que asumió el cargo en enero de 2025. Desde decretos, criptobolas y cumbres en la Casa Blanca hasta una personaliza ficha TRUMP y Plataforma DeFi de World Liberty Financial — demostró activamente su apoyo a las criptodivisas. Pero en apenas un mes, el entusiasmo y el optimismo se convirtieron en una mezcla de pesimismo y escepticismo. Veamos por qué las acciones de Trump tienen un impacto negativo en el mercado de las criptomonedas a pesar de su apoyo, e intentemos predecir en qué dirección podrían moverse los precios de las criptomonedas a continuación.
Decepción tras decepción
Inmediatamente después de la toma de posesión de Trump empezaron a llover todo tipo de noticias sobre las criptodivisas. La más sonada y esperada fue la firma de un decreto el 6 de marzo de 2025 por el que se crea la Reserva Estratégica de Bitcoin de EE.UU. Se esperaba que este documento revolucionara el mundo de los activos digitales. Pero resultó ser todo lo contrario.
Se suponía que Bitcoin iba a ser la estrella principal. La víspera, los inversores empezaron a comprar monedas mientras BTC seguía actualizando sus máximos históricos, ya que acababa de cruzar la barrera de los 100.000 dólares, y la mayoría de los analistas pronosticaban un mayor crecimiento del valor del activo hasta casi el millón de dólares. ¿No es una gran inversión? Parecería que Trump ha cumplido su principal promesa. Pero el precio del bitcoin está cayendo rápidamente, y es posible que El siguiente hito es de 70.000 dólares.
Trump ha actuado como un genio insidioso que tuerce los deseos. Los inversores esperaban que el Gobierno estadounidense comprara bitcoins para reponer la reserva, como lleva años haciendo la estrategia de Michael Saylor. En lugar de eso, la reserva nacional consistirá en monedas confiscadas en casos criminales — nada de nuevas compras. Por un lado, se trata de un uso razonable de lo que ya está disponible sin gastar el dinero de los contribuyentes (EE UU posee unos 200.000 bitcoins por valor de 17.000 millones de dólares). Por otro lado — BTC no tendrá la fuerte entrada de capital con la que todos contaban.
Pero Trump fue más allá, tras haber anunciado en la Crypto Summit de la Casa Blanca 7 de marzo, que la reserva también incluirá Ethereum (ETH), XRP, Solana (SOL) y Cardano (ADA). La cumbre en sí fue un auténtico espectáculo, con directores de empresas de criptomonedas invitados a asistir y actores políticos sentados junto a ellos.
El mismo día, la Office of the Comptroller of the Currency (OCC), el regulador de los bancos nacionales estadounidenses, permitió a los bancos almacenar criptomonedas. Parece que el ánimo entre la comunidad de criptomonedas debería haber mejorado, ya que se trata de un gran paso hacia la adopción masiva de las criptomonedas. A esto se añade la decisión de la SEC de retirar las acciones legales contra gigantes como Coinbase y Kraken. Se trata de la tan esperada reducción de la presión sobre el sector por parte de los reguladores.
Además, 33 estados de EE.UU. están impulsando proyectos de ley sobre una reserva estratégica de bitcoins. Texas fue el primero en hacerlo: el Senado aceptado Proyecto de ley SB-21 el 6 de marzo.
Una montaña rusa (in)divertida
Se podría pensar que todo este entusiasmo por las criptomonedas llevaría los precios a la luna. De hecho, esto es exactamente con lo que muchos contaban cuando empezaron a comprar bitcoin y ETH. Pero no ha sido así. El bitcoin subió brevemente tras el anuncio de la reserva, alcanzando los 95.000 dólares el 3 de marzo, pero el 10 de marzo había caído a 80.650 dólares (-6,5%). Ethereum y otras altcoins repitieron este escenario: al principio, hubo una pequeña subida en medio de noticias positivas, que luego quedó en nada.

La primera oleada fue la decepción de la esperada inyección de fondos estadounidenses en Bitcoin. La segunda fue la grave tensión por las guerras arancelarias entre EEUU y China, y ahora la UE, Canadá y México.
Así que esta vez, el mercado está luchando contra oponentes poderosos. Las guerras comerciales globales siguen siendo más fuertes que la política pro criptomoneda de Trump. En una situación de incertidumbre, los inversores no suelen hacer movimientos precipitados y prefieren un enfoque de esperar y ver.
Los bajos volúmenes de negociación, incluso durante pequeñas subidas de precios, indican una disminución del entusiasmo y cautela entre los operadores, que no creen en la posibilidad de un mayor crecimiento. Esto puede indicar un débil impulso del mercado: sin una participación activa de los compradores, los precios pueden volver a caer. Para una recuperación sostenible, los precios y los volúmenes deben subir simultáneamente.
Las acciones de Trump son un impulso realmente fuerte para las criptodivisas. Pero las guerras comerciales y otros acontecimientos macroeconómicos dictan sus propias reglas. Además, un duro golpe al sentimiento fue asestado por un ataque de piratas informáticos a la bolsa Bybit, que hizo que Corea del Norte recibiera 1.500 millones de dólares.
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