«El primer bioprocesador del mundo» hecho de 16 organoides de cerebro humano consume «un millón de veces» menos energía

Опубликовал
Андрій Русанов

Una startup suiza de bioinformática ha lanzado una plataforma en línea que proporciona acceso remoto a un dispositivo informático formado por 16 organoides de cerebro humano. La neuroplataforma de FinalSpark se considera la primera plataforma en línea del mundo que proporciona acceso a neuronas biológicas «in vitro». La empresa afirma que estos bioprocesadores consumen un millón de veces menos energía que los tradicionales.

Una neuroplataforma capaz de aprender y procesar información puede reducir el impacto medioambiental de los ordenadores gracias a su bajo consumo de energía. En un reciente artículo de investigación l hablar de sus avances, los investigadores de FinalSpark afirman que entrenar un modelo lingüístico de IA como GPT-3 requiere aproximadamente 10 GWh, lo que supone unas 6.000 veces más energía de la que consume un europeo medio en todo un año. Los costes pueden reducirse significativamente una vez que los bioprocesadores se implanten con éxito.

La Neuroplataforma se basa actualmente en una arquitectura que puede clasificarse como wetware: una combinación de hardware, software y biología. La principal innovación de la Neuroplatform es el uso de cuatro matrices multielectrodo (MEA) que contienen tejido vivo: organoides, que son masas celulares tridimensionales de tejido cerebral.

Cada MEA contiene cuatro organoides conectados por ocho electrodos, que se utilizan tanto para la estimulación como para el registro. Los datos se transmiten a través de convertidores de digital a analógico (controlador Intan RHS 32) a una frecuencia de 30 kHz y una resolución de 16 bits. Estas características arquitectónicas clave están respaldadas por un sistema microfluídico de soporte vital para la MEA y cámaras de monitorización. La adquisición y lectura de datos se realiza mediante la pila de software correspondiente.

FinalSpark ha proporcionado acceso a su plataforma informática remota a nueve instituciones para ayudar a impulsar la investigación y el desarrollo en bioprocesamiento. Trabajando con estas instituciones, la empresa espera crear el primer procesador vivo del mundo. Ya hay tres docenas de universidades interesadas en acceder a la neuroplataforma.

Pero hay un problema: los organoides de un procesador biológico «viven» unos 100 días, mientras que los chips de silicio pueden durar décadas. Las estructuras neuronales que componen los bioprocesadores sólo sirven para experimentos que duran varios meses». Al principio vivían varios días, pero hoy en día la vida de los organoides se ha alargado considerablemente.

Fuente: Tom`s Hardware

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Андрій Русанов