El 17 de abril comenzó a estrenarse en cines el thriller policiaco-detectivesco «Sleeping Dogs» protagonizado por Russell Crowe y Karen Gillan. La trama está basada en el bestseller del escritor rumano Eugene Kirovitz titulado «Libro de los espejos», que apareció en las estanterías de las librerías en 2017. En la crítica que te ofrecemos a continuación, te contamos el éxito del debut como director del guionista «Assassin’s Creed» (2016) de Adam Cooper.
Género thriller policiaco-detectivesco
Director Adam Cooper
Protagonistas Russell Crowe, Karen Gillan, Marton Csokas, Tommy Flanagan, Harry Greenwood, Thomas M. Wright, Elizabeth Blackmore, Lynn Gilmartin, Pacharo Mzembe, Paula Arundell
Estreno cines
Año de emisión 2025
Página web IMDb, sitio web oficial
El ex detective de homicidios Roy Freeman padece Alzheimer. Tiene pegatinas por toda su casa con información variada que va desde su propio nombre hasta instrucciones sobre cómo calentar comida en el microondas o instrucciones sobre qué maneta del grifo es la responsable del agua fría y qué maneta es la responsable del agua caliente. Roy está siguiendo un tratamiento experimental y, por recomendación de su médico, también intenta mantener la mente despierta, y completar un sencillo rompecabezas le ayuda a conseguirlo.
Un día, el hombre es contactado por un activista de derechos humanos que le informa de que Isaac Samuel, un preso condenado a muerte por asesinar a un terrorista suicida, quiere hablar con Roy. Al fin y al cabo, fueron él y su compañero Jimmy Remis quienes llevaron el caso hace 10 años y, bajo la presión de este último, el asustado joven confesó el crimen. Sin embargo, ahora afirma lo contrario y dice que aquel fatídico día había otra persona en la casa del fallecido profesor Joseph Weaver.
Al principio, Freeman se muestra escéptico ante las excusas de Isaac, considerándolas los últimos intentos de un hombre condenado a muerte por evitar un terrible castigo. Sin embargo, por curiosidad, se sumerge en la investigación y se da cuenta de que algo va claramente mal.
Afortunadamente, el papel de ex detective sabelotodo y sombrío le va a Russell como anillo al dedo. Además, es la película protagonizada por él a la que por fin se puede decir que merece la pena prestar atención.
El mencionado Adam Cooper y su coguionista Bill Collage decidieron abandonar la estructura de la fuente literaria, que consta de tres partes (y el propio Roy Freeman sólo aparece en la tercera) y dividieron la narración en capítulos, cada uno de los cuales está dedicado a un personaje concreto. Este enfoque parece apropiado, porque a medida que el protagonista va recomponiendo poco a poco este rompecabezas, el espectador irá conociendo constantemente nuevos detalles. A pesar del ritmo más bien pausado de la narración, esto evita el aburrimiento.
Cada uno de ellos podría haber hecho algo irreparable, y cada uno de ellos podría haber tenido sus propios motivos. No puedo decir que la investigación local impresione directamente con sus giros argumentales, pero sigue siendo interesante ver lo que ocurre en la pantalla.
El encuentro del detective con su antiguo colega, a pesar de los abrazos amistosos y la cerveza compartida, suscita algunas dudas en el espectador. A continuación, la cámara pasa a un flashback con un extraño triángulo amoroso que, por cierto, podría no haber existido, ya que la información obtenida corre el riesgo de convertirse en una ficción banal. Pero el que podría habernos dicho algo útil muere extrañamente de una sobredosis de droga.
Es agradable saber que Russell Crowe (que cumplió 61 años el 7 de abril, y le felicitamos por ello) aún tiene suficiente pólvora en sus barriles para ofrecer interpretaciones realmente interesantes. El simbólico pintalabios rojo de Karen Gillan queda mucho mejor que el tonto maquillaje de Nebula, y sin duda puede poner esta interpretación en su haber. En contraste con el matón con complejo de Dios que retrató en «xXx» (2002), Marton Csokas se presenta ante el público, esta vez encarnando la imagen de un profesor inteligente. Pero incluso él tiene sus pecados. Como siempre, el incondicional Tommy Flanagan se reencuentra con Crowe tras su colaboración en «Gladiator».
Es poco probable que «Sleeping Dogs» sorprenda de verdad, aunque sus creadores intentan conquistar también esa altura. Sin embargo, en general, sobre todo para tratarse de un debut, se trata de un thriller detectivesco lo bastante sólido como para que el epíteto «sleeping» no asome en el fondo de tu mente mientras lo ves.