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«Ruido fractal» Christopher Paolini: ciencia ficción que duele. Crítica de ITC.ua

Publicado por Pavel Chuikin

Cuando abrí el nuevo libro de Christopher Paolini, autor de la ya icónica serie «Eragon», esperaba una gran historia llena de aventuras y drama. Pero «Ruido Fractal» lo pone todo patas arriba, obligando al lector a profundizar en sí mismo. La novela se convirtió en una precuela de la nueva serie del escritor, llamada «Fractalverse», publicada en Ucrania por la editorial Yakaboo. También incluye otra novela, en realidad la primera, «Dormir en un mar de estrellas», que pronto publicará la misma editorial.

«Ruido fractal»/ «Fractal Noise»

Autor Christopher Paolini
Intérpretes Natalia Semushchak, Irina Gudkova
Editorial Yakaboo Publishing
Idioma Ucraniano
Número de páginas 384
Portada Sólido
Año de publicación 2025
Talla 145×215 mm
Página web yakaboo.ua

«Fractal Noise» no trata de una batalla por colonias, guerras interestelares o una nueva civilización por descubrir o destruir. Trata de algo mucho más sutil, más profundo — sobre la dolorosa conciencia humana que intenta mantenerse en el límite del dolor, la pena, la pérdida y el interminable caminar hacia algún lugar donde quizá no haya nada. Pero tenemos que caminar. Ponemos un pie delante del otro, y otra vez. Y otra vez. De lo contrario, la muerte. Física o mental, que a veces da más miedo. Si ya tienes curiosidad, sigue leyendo, porque Paolini definitivamente logró sorprenderme.

En un futuro lejano, en uno de los bordes del espacio explorado, la tripulación de la nave «Adamura» descubre algo inexplicable — un agujero gigante en la superficie del planeta Talos VII. Esto no es sólo un agujero en el suelo. Es un verdadero desafío. Un misterio alienígena que llama, una amenaza que la humanidad no puede ignorar.

Para el protagonista, el xenobiólogo Alex Crichton, esta expedición no es sólo una misión de trabajo, sino también una oportunidad de enfrentarse a sus propios traumas, de dar sentido a su caos interior, de sobrevivir a la pérdida de su esposa y de comprender si es posible encontrar sentido donde nada importa. Pero cuanto más avanzan él y su equipo de colegas igualmente traumatizados, literal y metafóricamente, más evidente se hace: el misterio al que se enfrentan no es externo. Está dentro de ellos. Y la respuesta puede dar más miedo que la pregunta.

Christopher Paolini demuestra ser capaz de escribir sobre el agotamiento físico como si él mismo estuviera recorriendo este camino. En «Ruido fractal», caminar no es sólo una forma de desplazarse. Es un acto que acaba convirtiéndose en sufrimiento, un esfuerzo que pone a prueba los límites de la resistencia del cuerpo. Y, al mismo tiempo, es la única manera de no romperse. Este elemento no es sólo decorativo o sustitutivo de la acción, es la esencia de toda la historia. El simple movimiento físico de Alex a través del desolado paisaje alienígena no es menos intenso que cualquier batalla espacial. Cada paso le duele y le recuerda algo. Y es en estas repeticiones de movimiento y dolor donde se revela una persona.

«Ruido fractal» — no es una novela para todo el mundo. Es para quienes han puesto un pie delante del otro al menos una vez en su vida, solo para seguir adelante.

No es una historia que caiga sobre el lector con la acción. Al contrario, se arrastra, inexorablemente, pero esto está perfectamente en consonancia con el contenido. En «Ruido fractal», casi no hay acción en el sentido habitual. Sólo hay silencio. Hay una señal alienígena que se repite cada 10,6 segundos. Hay un zumbido de fondo de pensamientos que no se puede apagar. También es una novela de primer contacto, pero el escritor adopta un ángulo diferente, desde el que las personas se enfrentan a sí mismas y al pasado.

Aquí, todo sucede lentamente, con largas pausas. Las escenas se repiten, lo que crea un cierto ritmo de narración. Alex Crichton y sus colegas hacen lo mismo. Caminan. Montan el campamento. Escuchan. Razonan. Discuten. Recogen el campamento. Se van. Y así en círculo.

Pero en su interior, cada una de estas acciones es una etapa importante para todos. Una transformación gradual bajo la presión de las circunstancias y del pasado que no les deja marchar. Y mientras que al lector se le dan todos los detalles sobre el trauma del protagonista, los problemas de los otros tres personajes sólo pueden adivinarse a través de pistas y declaraciones. Pero al final, no hay explicaciones ni respuestas. Y esto es genial, porque ocurre en la vida.

El tema del dolor y la pérdida recorre todo el texto. No se trata de una pérdida trágica y ruidosa. Al contrario, hay una silenciosa devastación y autodestrucción posterior. Todo esto da forma al personaje, por lo que yo no lo llamaría un «héroe» en el sentido clásico. No salva el mundo. Ni siquiera sabe por qué está ahí. Pero esta es la verdad. Alex Crichton es muy «terrenal» y por eso es extremadamente realista.

La parte filosófica de la novela se manifiesta constantemente en los detalles. En las reflexiones sobre la señal y el agujero que hacen los alienígenas, sobre la recurrencia y la vida extraterrestre, sobre el desarrollo de la civilización, sobre la fe y Dios. Y aquí, Christopher Paolini no da respuestas prefabricadas, sino que nos invita a una conversación. No hay presión ideológica en la novela, ni conclusiones o respuestas prefabricadas. Pero hay espacio para la reflexión, que a veces significa mucho más.

Al mismo tiempo, «Ruido fractal» una novela que da miedo. No por el miedo clásico, sino por la incertidumbre. Por la sensación de que el agujero en el planeta no es la respuesta a todas las preguntas, de que al final del viaje sólo habrá otras nuevas, pero no hay forma de detenerse.

Y no hay una gran conclusión ni claridad. En cambio, hay honestidad, porque el mundo no siempre es claro, y nuestras misiones no siempre consisten en salvar. Y esto es lo mejor y más importante, en mi opinión, que el autor ha sabido transmitir al lector.

A pesar de toda esta profundidad filosófica descrita, Paolini no sacrifica la accesibilidad. El texto es ligero y legible, el estilo es claro y hace que la novela se lea con rapidez. Todos los conceptos de ciencia ficción disponibles se presentan de forma sencilla y sin excesivos tecnicismos. Y si acaso, al final hay un glosario, un libro de referencia y una descripción de la historia del universo. Y esto es muy importante, sobre todo en una novela de ritmo lento y atmósfera emocional densa. La facilidad de presentación no contradice la complejidad del contenido. Al contrario, lo apoya y convierte el libro en un bestseller de facto porque se lee con entusiasmo. Yo también quiero contárselo a otros. Y eso es lo que estoy haciendo.

La historia del primer contacto no trata de extraterrestres, sino del contacto con uno mismo. Trata de enfrentarte a tu propio dolor humano. Con tu trágico pasado. Con tu «ahora» sin sentido. Este es, en mi opinión, el poder de la novela «Ruido fractal».

Christopher Paolini ha escrito ciencia ficción que no pierde su escala fantástica, pero sigue siendo dolorosamente íntima. Su universo es grande. Pero esta historia en particular es pequeña e íntima. Y gracias a ello, suena fuerte, casi ensordecedora.

La publicación en sí me ha gustado. Tiene una calidad adecuada y una portada llamativa. Sin embargo, como siempre, no estoy satisfecho, porque creo que no hay suficiente material fantástico y específico del género en ella. Pero así son las cosas. Lo principal es que la traducción es buena, no he encontrado pifias ni erratas, me ha gustado el papel, la fuente y su tamaño. No hay bibliografías, pero sí ilustraciones.