Durante muchos años, los videojuegos han sido objeto de numerosos estudios que alternativamente los han etiquetado como malos o buenos para la salud mental. Sin embargo, el último análisis se ha centrado específicamente en los tipos de juegos que requieren diferentes estilos de juego y, por lo tanto, pueden variar en su impacto.
Según un estudio realizado por un grupo de expertos del Imperial College de Londres (Reino Unido) y la Universidad de Graz (Austria), los juegos de mundo abierto realmente benefician la salud mental de los jugadores y pueden usarse como terapia para combatir el estrés.
Este tipo de juegos se caracteriza por un entorno ramificado y detallado, donde el proceso de juego no siempre es lineal y estructurado — los jugadores pueden fácilmente dejar la trama principal y, en su lugar, completar misiones secundarias o explorar el entorno, es decir, tienen completa libertad de acción.
«El carácter competitivo provoca un alto nivel de excitación y urgencia. Los juegos de mundo abierto, por otro lado, a menudo enfatizan la experiencia de los jugadores, no los objetivos predefinidos. Esto les permite establecer su propio plan y elegir su propio ritmo: ya sea construyendo un nuevo asentamiento, domesticando criaturas salvajes o mapeando territorios inexplorados», escriben los investigadores.
Todo esto, a su vez, proporciona a los gamers una mayor relajación y un mejor estado mental. A la larga, los juegos de mundo abierto pueden usarse como terapia para combatir el estrés y la ansiedad.
Para investigar la conexión entre los juegos de mundo abierto y la salud mental de los gamers, los investigadores encuestaron a más de 600 personas que jugaron The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Red Dead Redemption 2, The Elder Scrolls V: Skyrim y similares, utilizando análisis cuantitativos y cualitativos. Como resultado, el «escapismo cognitivo», es decir, la capacidad de los jugadores de desvincularse temporalmente de pensamientos estresantes a través de la inmersión en el juego, a menudo mejoraba su estado de ánimo y bienestar psicológico.
El estudio fue publicado en Journal of Medical Internet Research (vía New Atlas).
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